Charles Curran (Estados Unidos 1861)Existe una salida, pero no consigo verla.
Hay una clave, una poción quita condenas.
Y no importa que lastime, cuantas veces quiera.
De igual forma, siempre regreso a ella.
No logro huir, aunque no porque así lo sea.
Hoy me visita la eventual ocurrencia.
La misma de ayer, pero en diferente presencia.
Es una pena vieja, y no nueva.
Será la última, la segunda o la tercera.
Aquella gentil tristeza, que hostil me atormenta.
Con un necio poder, que quita la fuerza.
El desconcierto invade por no tener.
Se asemeja a lo insignificante, que les resultó ser.
Porque no hallo escapatoria, y por no poderlo creer.
Y parece que siempre, volverá a suceder.
Hay una clave, una poción quita condenas.
Y no importa que lastime, cuantas veces quiera.
De igual forma, siempre regreso a ella.
No logro huir, aunque no porque así lo sea.
Hoy me visita la eventual ocurrencia.
La misma de ayer, pero en diferente presencia.
Es una pena vieja, y no nueva.
Será la última, la segunda o la tercera.
Aquella gentil tristeza, que hostil me atormenta.
Con un necio poder, que quita la fuerza.
El desconcierto invade por no tener.
Se asemeja a lo insignificante, que les resultó ser.
Porque no hallo escapatoria, y por no poderlo creer.
Y parece que siempre, volverá a suceder.
Como saber que eso no es, que así me moriré.
Limpiarme los ojos tristes, que no tienen a quién ver.
Limpiarme los ojos tristes, que no tienen a quién ver.
2 comentarios:
sabes que si cerraras los ojos verías mejor las cosas de adentro, y dejarías de estar triste. A veces las primeras miradas nunca son las reales...insisto cierra los ojos, ya no estes triste...
muy cierto. Aveces quisiera ser Alicia y vivir en mi propio lugar de fantasías. Claro que aquí yambién hay cosas buenas, pocas pero debe haber!!
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