¿Quién me preguntará a mi?

La princesita dueña de su propio castillo
Camina, camina y mira bonita como todos la pintan
Ahí viven cientos, miles que la conocen
La ven, la saludan, la quieren.
La admiran, la estiman. Ella es su princesita.

Calladita sonríe cuando lo piden,
Ella es alegría cuando todo obscurece
Pero no ilumina ni el blanco de su moldeada sonrisa
Ella es fría pero al fin y al cabo, alegría.
Es su felicidad, la de ellos que no le preguntan: ¿Cómo estás?

Brinda esa tranquilidad que no es capaz de encontrar
Y le dicen que es una luz pero nada le brilla
se siente una Magdalena y sigue siendo armonía
es más que un ejemplo, es la perfecta mujercita
la utilizan sin ver su mirada perdida: ¿Estás bien princesita?

No necesita nada porque las damitas no gritan
Se comporta porque las niñas la miran:
“Mira, tienes que ser como la linda princesita”
Se esconde porque los grandes la humillan
Llora solita para no educar con melancolías
¿Las damas no lloran verdad princesita?

Sus poses son sus clases de vida
Acompaña, comprende, ayuda y guía.
Sigue viendo la ventana para huir pronto del encierro
Festeja la felicidad ajena porque es parte de su vivir
No es de nadie ni de ella y llora tanto al repetir:
¿Quién me pregunta si soy feliz?

lunes, diciembre 10, 2007

¿Quién me preguntará a mi?

La princesita dueña de su propio castillo
Camina, camina y mira bonita como todos la pintan
Ahí viven cientos, miles que la conocen
La ven, la saludan, la quieren.
La admiran, la estiman. Ella es su princesita.

Calladita sonríe cuando lo piden,
Ella es alegría cuando todo obscurece
Pero no ilumina ni el blanco de su moldeada sonrisa
Ella es fría pero al fin y al cabo, alegría.
Es su felicidad, la de ellos que no le preguntan: ¿Cómo estás?

Brinda esa tranquilidad que no es capaz de encontrar
Y le dicen que es una luz pero nada le brilla
se siente una Magdalena y sigue siendo armonía
es más que un ejemplo, es la perfecta mujercita
la utilizan sin ver su mirada perdida: ¿Estás bien princesita?

No necesita nada porque las damitas no gritan
Se comporta porque las niñas la miran:
“Mira, tienes que ser como la linda princesita”
Se esconde porque los grandes la humillan
Llora solita para no educar con melancolías
¿Las damas no lloran verdad princesita?

Sus poses son sus clases de vida
Acompaña, comprende, ayuda y guía.
Sigue viendo la ventana para huir pronto del encierro
Festeja la felicidad ajena porque es parte de su vivir
No es de nadie ni de ella y llora tanto al repetir:
¿Quién me pregunta si soy feliz?