sin sentido ni sonido


Que pudiera hacer tantas cosas, verlas, cumplirlas, tenerlas;
bajar de mi universo a la esfera azul y seca.

Que pudiera.
Romper la línea en la que escribo todos estos poemas;
no hablar más de mis ilógicas asperezas.

Que pudiera.
Poder, ver, sentir, no olvidar y ser lo que fuera;
extinguir lo no posible a pesar de la sordera.

Que pudiera hoy,
cansarme de decir que hay que decidir;
que no duela, dejar que sea, sin morir.

Que pudieran ver que el ave no vuela,
que se enfrían sus manos por la espera,
quiere el agua que está en una estrella nada cerca.

Que pudieran silenciarme,
"dejen que se aloque, dejen que se le pase",
no se ve la incertidumbre, y hay que desnudarse.

Que pudiera estar aquí,
quiero, pero no ser lo que fui.
Quiero concluir escuchando hasta cuando pueda, este leve latir.

Lo triste de ser poeta

No lograr asimilarlo nunca.
En pocas horas que ha castigado la duda.
Confesando que el alma está confusa.
Vivir sin admitir mi aprobada tortura.
No negar. Eso no haría nunca.
Tampoco hago el intento. Tampoco lo entiendo.

El poeta debe palpar la melancolía.
Necesita amar sin pensar en lo que pasará.
Tiene que creer que se acabó su soledad.
Llorar porque la utopía no será verdad.
Escribir cuando le hostiga la frialdad.
Cuando la nostalgia golpea el alma.
Y no le importa el presente ni nada.

Morderse el labio para no sollozar.
Tragándose litros de aire para que no te vean llorar.
No deben saber que te cansaste de amar.
Porque dijeron: te dije, eso no durará.
A pesar de saberlo, se podía aceptar.
Era obvio que iba a salir mal.
Pero ahora no le importa porque no hay marcha atrás.

Quisiéramos grabar un instante en lo eterno.
Usar la poesía para amar en secreto.
Sentir como un mortal un ciego beso.
Convertir el poema en algo cierto.
negarnos a dejar nuestra inspiración.
Sentirnos rendidos al tiempo y al dolor.
No ser capaces de decir adiós.

viernes, noviembre 14, 2008

sin sentido ni sonido


Que pudiera hacer tantas cosas, verlas, cumplirlas, tenerlas;
bajar de mi universo a la esfera azul y seca.

Que pudiera.
Romper la línea en la que escribo todos estos poemas;
no hablar más de mis ilógicas asperezas.

Que pudiera.
Poder, ver, sentir, no olvidar y ser lo que fuera;
extinguir lo no posible a pesar de la sordera.

Que pudiera hoy,
cansarme de decir que hay que decidir;
que no duela, dejar que sea, sin morir.

Que pudieran ver que el ave no vuela,
que se enfrían sus manos por la espera,
quiere el agua que está en una estrella nada cerca.

Que pudieran silenciarme,
"dejen que se aloque, dejen que se le pase",
no se ve la incertidumbre, y hay que desnudarse.

Que pudiera estar aquí,
quiero, pero no ser lo que fui.
Quiero concluir escuchando hasta cuando pueda, este leve latir.

viernes, noviembre 07, 2008

Lo triste de ser poeta

No lograr asimilarlo nunca.
En pocas horas que ha castigado la duda.
Confesando que el alma está confusa.
Vivir sin admitir mi aprobada tortura.
No negar. Eso no haría nunca.
Tampoco hago el intento. Tampoco lo entiendo.

El poeta debe palpar la melancolía.
Necesita amar sin pensar en lo que pasará.
Tiene que creer que se acabó su soledad.
Llorar porque la utopía no será verdad.
Escribir cuando le hostiga la frialdad.
Cuando la nostalgia golpea el alma.
Y no le importa el presente ni nada.

Morderse el labio para no sollozar.
Tragándose litros de aire para que no te vean llorar.
No deben saber que te cansaste de amar.
Porque dijeron: te dije, eso no durará.
A pesar de saberlo, se podía aceptar.
Era obvio que iba a salir mal.
Pero ahora no le importa porque no hay marcha atrás.

Quisiéramos grabar un instante en lo eterno.
Usar la poesía para amar en secreto.
Sentir como un mortal un ciego beso.
Convertir el poema en algo cierto.
negarnos a dejar nuestra inspiración.
Sentirnos rendidos al tiempo y al dolor.
No ser capaces de decir adiós.